Protección de Medios de Vida con Enfoque Interseccional

Durante este mes Colectiva RIGEN estará compartiendo contenido sobre Medios de vida. Identificar, anticipar y gestionar su riesgo es determinante para generar sociedades más justas e inclusivas.

Los medios de vida son el conjunto de capacidades, recursos y actividades que las personas ponen en práctica para vivir de una forma digna y que les permite abastecer sus necesidades básicas con calidad. Ejemplo de estos son la vivienda, el trabajo, las tierras, los alimentos, las redes de apoyo, la educación, entre otros.

Ante un desastre, los medios de vida pueden verse gravemente impactados. Existe evidencia que menciona que usualmente las viviendas y la infraestructura vial son fuertemente afectadas ante la ocurrencia de un desastre (BID, 2021; Micu, 2021), y al ser parte de los medios de vida influyen en el bienestar de las personas, en la forma en que pueden mantener sus puestos de trabajo e ingresos económicos, proveerse de alimentación, seguridad y autonomía.

Desde el enfoque de la gestión de riesgo de desastres se aborda la protección de los medios de vida como aquellas “acciones que se realizan para fortalecer cada uno de los activos o capitales que la gente tiene y de esta manera evitar pérdidas ante situaciones dadas” (PNUD, 2013). Es por esto, que los medios de vida son parte vital de los procesos en la gestión del riesgo de desastres, dando camino a estrategias de gobernabilidad para fortalecer y evitar estas pérdidas.

La protección de los medios de vida y su uso debe ser resiliente y sostenible, para mitigar el impacto a las fuentes de subsistencia de las comunidades y que asegure las de las futuras generaciones.

Las personas que se por el impacto de un desastre en sus capacidades, recursos y actividades reúnen mayores condiciones de vulnerabilidad. Parte de estas condiciones de vulnerabilidad presentan medios de vida mucho más frágiles y expuestos ante desastres y con pocas condiciones para reponerse ante el impacto. En este grupo se encuentran las mujeres y personas con identidades no binarias, población que representa los mayores niveles de pobreza, trabajo informal, violencia y empobrecimiento de su calidad de vida.

Es imprescindible desarrollar estrategias de protección de los medios de vida de las personas para resguardar y mitigar la pérdida de los medios de subsistencia y asegurar las necesidades básicas de todas las poblaciones, en especial los grupos más vulnerables. Es necesario integrar en el análisis de protección de medios de vida criterios de inclusión de todas las personas y que estén reflejadas en los diferentes procesos de la GRD.

Para que esto sea una realidad desde una visión género transformadora, se recomiendan los siguientes elementos:

• Implementar acciones de protección social y financiera con enfoque de género interseccional para proteger la tenencia de la tierra, el empleo y el acceso a educación de mujeres, personas con identidades no binarias, pueblos indígenas, personas con discapacidad, entre otras poblaciones más vulnerables.

• Promover procesos de recuperación ante desastres que garanticen y preserven la tenencia de la tierra a personas con mayores condiciones de vulnerabilidad, como las mujeres y personas indígenas.

• Desarrollar líneas de financiamiento que incluyan el enfoque de género interseccional para el acceso de personas con mayores condiciones de vulnerabilidad para contribuir en la recuperación de los medios de vida.

• Identificar recursos, bienes materiales y rutas necesarias para mantener el bienestar y la autonomía de poblaciones con mayores condiciones de vulnerabilidad.

• Fortalecer los mecanismos comunitarios y su infraestructura crítica para que los procesos educativos reciban menores impactos al momento de un desastre.

• Impulsar la implementación de instrumentos financieros para que las mujeres y grupos más vulnerables puedan contar con liquidez de forma ágil e inmediata en caso de que sus medios de vida sean afectados.