8 de marzo: Defender derechos no es opcional: la inclusión en riesgo en América Latina
- Colectiva Rigen
- 7 mar
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Actualizado: 27 mar
Este 8 de marzo, desde Colectiva RIGEN, denunciamos los recortes que ponen en riesgo la inclusión en los procesos de la gestión de riesgos de desastres.
Cuando conformamos Colectiva RIGEN en 2019, soñábamos con que después de décadas de evidencia científica, los debates sobre gestión de riesgos de desastres se centrarían en las formas de integrar a todas las personas en estos procesos. Creímos que el reconocimiento de la vulnerabilidad diferenciada podía ser un punto de acuerdo y que la discusión avanzaría hacia cómo aplicar mejores metodologías, herramientas e instrumentos que respondieran a la diversidad de necesidades.
Sin embargo, este último año, los discursos de odio se intensificaron junto a una drástica reducción en los recursos asignados por los gobiernos para la protección social y la asistencia humanitaria. Estamos en 2025 y tenemos que seguir repitiendo lo que ya debería estar internalizado hace décadas: la exclusión y la discriminación también matan.
Tenemos que seguir citando hasta el cansancio las cifras de Bangladesh en 1991, donde el 90% de quienes murieron en las inundaciones fueron mujeres. Insistimos, otra vez, en que el estudio de Neumayer y Plümper de 2007 demostró que en 141 países las mujeres y niñas tienen 14 veces más probabilidades de morir en un desastre. Recordamos, una vez más, que en el terremoto de México en 2017 muchas mujeres quedaron atrapadas bajo los escombros porque la precarización laboral, la informalidad y las tareas de cuidado las obligaron a permanecer en estructuras que colapsaron sobre ellas. Y seguimos explicando que en América Latina la expectativa de vida de las personas trans es de apenas 35 años.
La política conservadora no sólo arrebata derechos, sino que nos deja a la intemperie frente al colapso climático y el riesgo creciente: más cuerpos expuestos a la violencia, más personas sin acceso a ayuda, más vidas condenadas por la negligencia de quienes perpetúan la exclusión y una brecha social y económica cada vez más profunda.
En el marco del Día Internacional de la Mujer, desde Colectiva RIGEN, denunciamos el avance de políticas conservadoras y el desmantelamiento de los fondos de asistencia humanitaria en América Latina. Estos recortes erosionan décadas de avances sustentados en la ciencia, dejando a las mujeres y a las personas con identidades no binarias aún más expuestas en cada emergencia y más desprotegidas ante las crisis climáticas que vendrán.
¿Cuántas vidas serán sacrificadas por los recortes a la asistencia humanitaria en la próxima temporada de huracanes? ¿Cuántas mujeres y niñas verán sus oportunidades truncadas mientras asumen tareas de cuidado? ¿Cuántas personas con identidades no binarias seguirán siendo excluidas de una atención digna en albergues de emergencia por quienes deciden quién merece ayuda y quién no?
La política patriarcal, capitalista y colonial no solo precariza comunidades, sino que también silencia y domestica la resistencia. ¿Cómo enfrentamos el miedo a perder nuestros medios de vida cuando la subsistencia depende de los mismos fondos que hoy desaparecen? Sabemos que la organización, la autonomía y la acción colectiva son el camino, pero ¿cómo sostener la lucha cuando el sistema nos obliga a elegir entre defender derechos o garantizar el sustento? ¿Estamos redefiniendo la cooperación o solo buscando un nuevo patrón al cual rendir las mismas cuentas de siempre?
La inclusión no es un complemento en la política pública, es su base. Sin un enfoque que reconozca las desigualdades estructurales y cómo el riesgo impacta de forma diferenciada, las políticas fracasarán. Recortar recursos en prevención, asistencia y protección social no es una decisión técnica, es decidir quién sobrevive y quién no.
Este 8 de marzo no renunciamos. El conocimiento científico, la vulnerabilidad diferenciada, la educación sexual integral y el reconocimiento de las identidades no binarias y diversas son fundamentales para un análisis integral del riesgo y para desarrollar procesos efectivos. No retrocedemos. No vamos a pedir permiso para existir ni vamos a sentir miedo de nombrar el enfoque de género con todas sus letras. No tenemos dudas y la ciencia nos respalda: los derechos humanos y las políticas de inclusión mejoran nuestras sociedades.
La lucha contra el individualismo y el desmantelamiento de derechos solo se enfrenta con más organización y más iniciativa.

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